Descripción
Con agradecimiento al Creador, que Nos ha concedido Su bondad de vivir cada día y renovar en nosotros, nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos Su Sagrada Torá, llegamos hoy a nuestra segunda estación en el tiempo del inscribir, bajo el rostro del versículo, aquello con que el Creador -Bendito Sea- ha coronado nuestros años de vida: baním, los hijos; boním, los que nos construyen a cada día y a cada hora…
Ha pasado un tiempo ya desde que “Mital HaShamáim” vio la luz. Y en su transcurso, tantas otras vivencias se han sumado al desafío cotidiano; hermosas propuestas que nos regala el tiempo y responsabilidades que nos propone El Santo Bendito Él. Hoy, los días de la vida nos han llevado más allá de nuestras propias geografías -las físicas- para regalarnos la bella posibilidad de conocer, disfrutar y compartir el tiempo comunitario con la orgullosa y sensible Comunidad Judía del Uruguay.
Intensa tarea la de esta excepcional Comunidad, que vive la identidad judía conjugando en tiempo presente el amor a Israel, el amor a la educación y el arraigo a sus tradiciones. No es casual que “Debarjá lair” vea la luz aquí, en su seno. Pues el constante devenir por sus sinagogas, grupos de estudio e instituciones educativas formales y no formales, nos han propuesto una alternativa poco común a quienes abrazamos desde temprana edad el arte de la transmisión: la extraordinaria posibilidad de estar en fluido contacto con sus fuerzas vivas, más vivas que nunca cuando se conectan con la fuente de vida singular que significa nuestra Sagrada y Amada Torá. A ellos, todos, sumo mi agradecimiento primero por permitirme crecer al amparo del estudio y la discusión; a sus dirigentes, profesionales y voluntarios por mostrarme la red humana que contiene y sostiene la estructura viviente de una comunidad llena de vida así como de proyectos.
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