Descripción

Itsjak a su amado hijo laacob. “Veitén lejá HaElokim MiTal HaShamáim…”, eran las palabras del patriarca
“Y te conceda Elokím del Rocío del Cielo”, fueron las primeras palabras de su bendición. Berajá que reverbera en los labios y corazones de cada genera- ción y generación, y se suma a las infinitas plegarias y deseos a la salida de cada Shabat Kodesh, en momentos de Habdalá…
Le agradezco al Todopoderoso por Su Infinita Bondad para conmigo y para con todos mis queridos y amados, quienes forman parte inseparable de ese rocío vivificador, de esas gotas imprescindibles de agua = vida que alimentan y fluyen en la inmensidad de cada día.
Le agradezco el haber llegado a este tiempo, donde “Su Palabra ha fluido como el rocío” y nos ha brindado la posibilidad de aprenderla y enseñarla, de guardarla y cumplirla con amor y devoción.
Este humilde intento de acercar algunas reflexiones y por sobre todo la pro- fusa y asombrosa sabiduría de comentaristas -mefarshím- a nuestra Sagrada Torá, es producto de la labor desarrollada en los últimos años, en la tarea educa- tiva al frente de las Comunidades que tuve el honor de dirigir espiritualmente.
La hermosa experiencia de compartir con grandes y chicos el espacio dedicado a una mitsvá que “está equiparada con el cumplimiento de todas ellas” -“Talmud Torá kenegued culám”-, es la que me anima a dejar por escrito este testimonio de gratitud hacia ellos, por su inagotable atención y esmerada paciencia. Así también transcurren por mi mente en estos momentos, alumnos, cientos